SI QUIEREN SABER, QUE VENGAN A VER

 


 

Que ya no creo que la cosa cambie. Que lo que pasó el domingo es un termómetro para darse cuenta cómo está la gente. Juan Pablo dice y se acerca a una señora para ofrecerle medias que compró en Once para venderlas en Palermo. Viene de Moreno en tren todas las mañanas. Y no sabes cómo se viaja, a mí me gustaría llamar a los políticos para que viajen conmigo haber si les dan ganas de salir el domingo a votar. Esto ya no da más, amigo. Dice Juan Pablo y lo despido con un choque de puños.

Cuidado que me parece que el cortado está muy caliente. No, yo no fui a votar. Para qué voy a ir si no podía elegir a ninguno. Mira, se rasca la cabeza, si iba votaba al loco ese que sale despeinado y que se vaya todo a la mierda. Se levanta la manga del pantalón que cubre una de sus piernas y veo que tres cuartos de ella está entumecida y violácea. Yo me tendría que haber jubilado hace diez años, pero no me alcanza, viste. Mi señora es docente jubilada y da clases particulares en casa para ayudarme un poco porque no da para más. El último cumpleaños mío, 63 cumplí, le tuve que decir a mis dos hijos que trajeran algo para comer porque no tenia guita para darle de comer a todos. Sabes qué mal me quedé ese día, qué amargura tenia cuando me acosté. Toda la vida trabajando. Antes de ser mozo vendía toallas, me dice con la mano retorciendo el trapo rejilla. Dos horas dormía durante, qué se yo, diez años para aguantar los dos trabajos. Bueno don, tome el café que se le va a enfriar. Aparte al patrón no le gusta que hablemos mucho con los clientes. Me parece que tiene miedo que le contemos que hace meses no nos paga el sueldo entero. Sabe qué don, a veces me dan ganas de agarrar el fierro que tengo en casa, cargarlo, llevarme a alguno de estos y después, volarme la cabeza. Esto ya no da más, don.

Qué te dijo ese gorilón, me pregunta Edgardo. Yo me llamo Edgardo, soy peronista como mi viejo y mi abuelo. Estos se quejan porque le dimos de comer siempre y encima se quejan. La verdad es que no me esperaba tanto rechazo, pero ni por asomo, eh. Alberto se equivocó unas cuantas veces, pero la foto lo mató. Sabes lo que hay que hacer, pibe. Edgardo se acomoda el cinturón porque noto que la milanesa y las papas fritas le ocuparon en la panza un espacio que el cinturón no lo permite. Acá es fácil. LLamás a Magnetto y le decís que ahora va a empezar a regir la ley de medios y chau. Listo. La gente no ve más las pelotudeces que ve. Apaga la tele y listo. Un poco de plata le tiene que poner a la gente en el bolsillo. No hay mucho tiempo, campeón. En política no hay otra que declarar un enemigo y darle. Pero esto así, ya no da más.

No me pasa nada, solamente que estoy preocupada porque en enero se cumple un año que vivo en el departamento y no sé cuánto me van a aumentar. Creo que voy a decirle a Nora que me quedo horas extras este mes. No, ya sé que no están dando horas, pero algo tengo que hacer. Sabes todas las cremas que tengo sin vender. Me pregunta y abre la ventana para que el humo del cigarrillo que fuma no quede atrapado. Me da bronca porque antes lo voté a Alberto. Pero escúchame, cuánto hace que no pensamos en poder comprarnos una casa. Vos tenes amigos que pudieron comprar algo o soy yo la loca que ve todo mal. Es una monstruosidad tener que esperar que se mueran tus viejos para heredar algo, es horrible vivir así. Esto ya no da para más, amigo. Se arregla el pelo y me pregunta: ¿viste el video de Cristina cuando fue a votar? Un tipo se quedó atrás de ella como un ciervo y le tenia la cartera. Estamos mal, amigo. Por favor. Qué le pasa a la gente que vota a los otros porque no le gustan estos. Esto no da más, amigo. Mirándome fijo, vuelve a preguntarme para volver a responderse: ¿Sabes cómo se arregla esto? No hay que meterle guita en el bolsillo a la gente por un rato porque no cambia nada, estamos endeudados y dos o tres ifes no alcanzan. Los ministros tienen que salir a la calle y sentarse en cualquier bar y hablar con la gente, amigo. Y ahí se van a dar cuenta de todo. Que vivan un mes de nuestra vida y sabes qué amigo, ahí se van a dar cuenta de que el lawfare o las fake news a nosotros no nos importan si no sabemos si el mes que viene vamos a poder pagar el alquiler, amigo. Que salgan a la calle. Porque sabes qué, amigo. Los que esperan que esto caiga, se están frotando las manos con las cagadas ajenas, amigo. Esto así no da más.

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