Mañana
temprano voy a levantarme para ayudar a mamá. Su etapa laboral acabó y en la
cena me comentó que ya no sabía qué iba a hacer con el tiempo libre. Me sentí
un poco culpable porque tomé sus palabras como si fuera una petición. Y la verdad
es que algo de razón tiene porque yo ya crecí, tengo mis amigos, alguna que
otra chica me gusta y mi carrera ya está casi concluyendo. Nada podía haber
sido sin el apoyo de mamá. Tantas veces me advirtió sobre las chicas que no le caían
bien. Pobre mamá, siempre pensando en mí. Una vez me dijo que S era para mí.
Insistí tanto para mamá estuviera contenta, pero S me dijo que no la soportaba.
Tu mamá, me decía, te tiene en sus manos. Yo le conté a ella lo que S me había
dicho, pero me dijo que ya la edad le estaba desviando la intuición.
Mañana
temprano voy a levantarme para ayudar a mamá. Se le ocurrió una muy buena idea.
Para ocupar su tiempo libre decidió hacer cursos sobre bonsáis. Iremos todos
los sábados al barrio chino. Sí, me inscribió para que pueda acompañarla y, me
dijo, que no me había consultado porque quiere recuperar el tiempo perdido
conmigo. Para evitarle el disgusto, dejé el curso de pintura porque se
superponían los horarios. Ya hace dos meses que vamos todos los sábados a los
cursos. Hasta salimos con el grupo a tomar la merienda y si bien todos los
integrantes son mucho más grandes que yo, los escucho y aprendo de ellos.
Mamá
está contenta. Decidió que los bonsáis que vamos haciendo y que quedan cada vez
más lindos, vamos a venderlos los domingos en la feria americana que está muy cerca
de nuestra casa. A esta actividad se va
a sumar papá porque quiere participar del tiempo libre de mamá. Cuando llueve
aprovecho para ir a jugar al fútbol con los chicos del trabajo y mato dos pájaros
de un tiro porque mamá no se angustia y yo hago lo que más me gusta que es
jugar en las canchitas de cinco.
Mañana
temprano voy a levantarme temprano para ayudar a mamá. Me va a costar un poco
estar del todo despierto porque hoy salgo con una chica. Vamos a ir a ver una
película. Le dije a mamá que igual trataría de llegar lo más temprano posible
para estar bien despierto y no cortar raíces equivocadas. Además, la cara tiene
que estar fresca. Me dijo porque los clientes se dan cuenta.
J
no puso buena cara cuando le dije que iba a irme ni bien terminara la película.
Insistió tanto que me quedé un rato más para ir a cenar. Después me beso y no
pude devolverle lo mismo porque yo quería estar durmiendo para poder estar
fresco para el día de la feria.
Como
estaba con el auto de papá casi no tomé alcohol, pero ella sí. Quiso hacerlo en
el asiento, pero como pude traté de tranquilizarla y le propuse qué por qué no
me acompañaba a la feria.
Llegué
fresco el domingo y vendimos los últimos diez bonsáis. Pero mamá ya no estaba
tan entusiasmada como antes. Me acosté pensando en que quizás le molestó que yo
me haya ido al cine con J. Le escribí para contarle cómo me sentía y no me
contestó. Me gustaba, pero no tanto. Además, mamá me dijo que su foto le daba
mala espina.
Pero
mañana me voy a levantar temprano para ayudar a mi mamá. Pobre mamá siempre cuidándome.