ULTIMOS MOVIMIENTOS EPISTOLARES (PARTE IV)

 

VIII

 

“(…) tiene por fin constituir y conservar unidades cada vez mayores, es decir, tiende a la unión.”

Sobre Eros – Sigmund Freud

 

 

“Hola licenciada, me encantaría conocerla. Casi que trabajamos juntos. 

Soy B.”

 

Por supuesto que me acuerdo si lo escribí yo en aquella mesa que ahora usan para depósito de medialunas. Era el único modo en el que me sentía cómodo y libre para decirte que compartiéramos un rato. Sí, sigo igual. Me parece que eso no cambia ni mejora porque ese depósito de palabras que nos constituye nos  condiciona a pesar de que, a veces, se deje ver. No es sencillo sentarse delante de alguien que te gusta y decirle lo que te pasa. Una cosas es desear y otra tener ganas, ¿no?

Tampoco fue fácil. Por intermedio de una amiga en común la conocí. Es abogada y profesora adjunta de Derechos Humanos en la universidad. No, es francesa como su madre. Qué pregunta difícil, doctora. No sé si se la puedo contestar.

 

¿Vos, lo amaste?

 

 

 

IX

 

“Pero la comprensión es un don que exige respuesta.

Si no produce alguna forma de intercambio se extingue sin remedio, y cuando se extingue,

en el mismo suelo donde antes florecía la tolerancia, nace la dureza seca y árida de la guerra.”

 

Alan Pauls – El pasado

 

Poly, seguro que ya estás enterada de que el reencuentro con la doctora no fue como esperábamos. Eso me congracia porque, si es amor lo que sentimos, nada es esperado, nada es seguro; cada paso es un riesgo. Discutimos por todo pero yo creo que mas por el pasado actualizado que astilla nuestro presente. La doctora y yo no entendemos cómo, por cobardes supongo, no nos fuimos a Madrid y lo más cómico es que ninguno de los dos se anima a decirlo. Hay cosas, Poly, que las dejamos pasar como si el tiempo fuera recuperable, como si esperáramos regalías. Vivimos una vida que no queremos y, sin embargo, la vivimos: ¿por qué? Nos han enseñado a no correr riesgos (yo he sido un gran estudiante), menos en el amor y no nos han dicho que junto con el desamor se transforman en un gran monstruo que, dependiendo de la situación, duelen distintos, pero duelen los dos. ¿Vos crees que a mí no me hubiera gustado ir a Madrid junto con la doctora? Entre el amor y el desamor hay otra fase, Poly, y es el miedo a quedarse solo porque uno supone que si dura no va a sufrir y se equivoca, pero en ciertos momentos ya es tarde. A esta altura ya no sé si hay que durar o gastarse hasta agonizar de vida. Pero el chiste está en que creemos que ese Otro le va a ser sombra a nuestra soledad.

Una vez me preguntaron sobre las contraindicaciones en el psicoanálisis y les respondí que no estaba muy seguro, pero que ante la llegada de un paciente de edad muy avanzada tendría en cuenta las consecuencias de la escucha porque, vos sabes bien Poly, que, a medida que el tiempo pasa y el fin se acerca, las oportunidades para revertirlo todo cada vez son menores y eso, puede complicar aún más las cosas: falta el tiempo para desencadenar y para cicatrizar. Eso sería una fatalidad para cualquier paciente y en el amor pasa algo parecido. Cuando la calesita ya dio las vueltas suficientes para tomar envión es muy complejo detenerla y vaya paradoja, amiga, a medida que crezco busco certidumbres; justo yo que me dedico a suspenderlas. Termino con una pregunta: ¿Qué es entonces el amor?

 

Espero verte pronto.

 

Te abraza,

 

Benicio


Continuará...


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