SUTURAS

 

Pensá en la muerte como un acontecimiento retrospectivo. Esa manera de irle pidiendo cosas al futuro para devolverselas, al final, intactas. Como si uno no hubiera vivido.

Héctor Libertella


 Siempre es difícil hablar de lo que no se ve porque es mucho más sencillo opinar sobre lo que nos presentan ante nuestros ojos porque, como ya lo han dicho pocos, el arte nunca es retinal dado que siempre una obra es una excusa para decir otra cosa. Duchamp lo sabía muy bien porque, de otra manera, no hubiera enviado un mingitorio (firmó con el seudónimo R.Mutt) a un concurso donde él mismo era miembro del jurado sabiendo de antemano que iba a ser rechazado. Un mingitorio, sin querer, reforzó la imbecilidad de lo dado, de cierta inteligencia epocal porque fue el mismo Duchamp el que dijo al poco tiempo: “Les arrojé a la cabeza un urinario como provocación y ahora resulta que admiran su belleza estética…” Lo que el ajedrecista francés ejecutó fue una provocación a la comunidad artística de la época, pero esa fábrica de crear sentidos y gustos homogéneos (compruebenlo verificando de qué se habla en las reuniones sociales desde Netflix hasta acá) se lo elevó hasta el día de hoy como una de las más relevantes obras de arte de todos los tiempos. Será por eso y, por mucho más, que, en la actualidad, nadie se sonroja al autodenominarse artista ni al escribir una oración con cuatro comas en un blog que probablemente pocos o nadie lo lea. (Pero en otro momento podré encolumnar algunas ideas sobre la imágen de lxs escritorxs) Por eso, Héctor Libertella, pensó en la figura del caballo de Troya para defender las posiciones que el arte perdía y que aún no cesa de perder porque, más que de vanguardia el arte es una defensa de sí mismo porque ya no ataca. Digo esto porque, de qué manera se puede pensar una obra de arte que cuestione la acumulación capitalista,  si los operadores de la cancelación, esperan con el cuchillo entre los dientes para reforzarla con ahínco creyendo que lo masivo contiene algo de rebeldía.. Duchamp se reía de eso y aún lo seguirá haciendo porque cuando un hombre decide reírse de su época lo que hace es desplazar la risa al futuro que en este caso soy yo y ustedes que leen, es decir, todos nosotros. 

Una obra de arte es más interpretación que mirada, es una excusa para comenzar a buscar lo invisible de un libro, de un film, de una pintura, de una ciudad que va perdiendo su estética en detrimento de una acumulación desmedida. Quizás el arte que se pretende de vanguardia podría ejecutar algunas operaciones en boga como el exceso de imágenes, de palabras, de opiniones, de mercancías para lograr justamente el despilfarro, el derroche. Pero no como gratuidad, sino como, en palabras de Tabarovsky, una estrategia intelectual, como un boicot a la lengua del capitalismo. Recuerdo una conversación que tuve hace poco donde intenté explicar que ciertas palabras o frases, como por ejemplo, conectar, gente, caja de herramientas eran enlaces directos a la lengua del capitalismo. Que las palabras, como decía Oscar Masotta, son valijas donde cada quien pone el contenido que le parezca considerando a ese alguien como el mismo sistema de costumbres y valores que nos obligan a pronunciar, sin saberlo, su propia lengua.



10 de junio del 2023


Comentarios

  1. Las valijas que podemos vacíar y llenar todo el tiempo. Lamentablemente la época nos da el contenido de esas valijas...hay que estar atento

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