sábado, 30 de marzo de 2024



Por qué escribí (1969)

Ahora que quizás, en un año de calma,

piense: la poesía me sirvió para esto:

no pude ser feliz, ello me fue negado,

pero escribí.


Escribí: fui la víctima

de la mendicidad y el orgullo mezclados

y ajusticié también a unos pocos lectores;

tendía la mano en puertas que nunca, nunca he visto;

una muchacha cayó, en otro mundo, a mis pies.


Pero escribí: tuve esta rara certeza,

la ilusión de tener el mundo entre las manos

-¡qué ilusión más perfecta! como un cristo barroco

con toda su crueldad innecesaria-.


Escribí, mi escritura fue como la maleza

de flores ácimas pero flores en fin,

el pan de cada día de las tierras eriazas:

una caparazón de espinas y raíces.

De la vida tomé todas estas palabras

como un niño oropel, guijarros junto al río:

las cosas de una magia, perfectamente inútiles

pero que siempre vuelven a renovar su encanto.


La especie de locura con que vuela un anciano

detrás de las palomas imitándolas

me fue dada en lugar de servir para algo.

Me condené escribiendo a que todos dudaran

de mi existencia real

(días de mi escritura, solar del extranjero).

Todos los que sirvieron y los que fueron servidos

digo que pasarán porque escribí

y hacerlo significa trabajar con la muerte

codo a codo, robarle unos cuantos secretos.


En su origen el río es una veta de agua

allí, por un momento, siquiera, en esa altura

luego, al final, un mar que nadie ve

de los que están braceándose la vida.

Porque escribí fui un odio vergonzante,

pero el mar forma parte de mi escritura misma:

línea de la rompiente en que un verso se espuma

yo puedo reiterar la poesía.


Estuve enfermo, sin lugar a dudas

y no sólo de insomnio,

también de ideas fijas que me hicieron leer

con obscena atención a unos cuantos psicólogos,

pero escribí y el crimen fue menor,

lo pagué verso a verso ha sta escribirlo,

porque de la palabra que se ajusta al abismo

surge un poco de oscura inteligencia

y a esa luz muchos monstruos no son ajusticiados.

Porque escribí no estuve en casa del verdugo

ni me dejé llevar por el amor a Dios

ni acepté que los hombres fueran dioses

ni me hice desear como escribiente

ni la pobreza me pareció atroz

ni el poder una cosa deseable

ni me lavé ni me ensucié las manos

ni fueron vírgenes mis mejores amigas

ni tuve como amigo a un fariseo

ni a pesar de la cólera

quise desbaratar a mi enemigo.

Pero escribí y me muero por mi cuenta,

porque escribí porque escribí estoy vivo.

                                                                                   

Enrique Lihn
 

martes, 26 de marzo de 2024

ENSAYAR

 

"Ensayar significa renunciar o desviarse de la comunicación doctrinaria,explorar caminos inciertos e idiosincráticos sin propósitos de enseñanza,por ver hasta dónde se puede llegar."


El gong de A Love Supreme asustó a Rafael.En estado de somnolencia balbuceó algo,rió y volvió a acostarse.Yo me quedé mirándolo por un rato.Revolví con la bombilla la yerba lavada.Me pareció mentira que después de Yira Yira volveríamos a secar la yerba al sol.


Rafael dijo que no lo hemos perdido todo porque los días de La Comuna han dejado indicaciones para regresar a lo primitivo.Cuando él habla sobre lo primitivo se refiere a la percepción.Una vez le pregunté qué era la percepción y me dijo que no lo sabía.Ahí confirmé que usamos palabras sin saber su significado  ni su procedencia. ¿Será una forma de disimular que no podemos saberlo todo? Si es así, ¿Por qué hay que disimular no saber? Conocer lo desconocido asusta porque enseguida aparece la cuestión de la muerte y no es un tema fácil de abordar.No lo es porque la muerte es algo que está fuera del radar lógico científico;no me refiero a la definición que da la medicina sobre ella,no.La muerte es algo que aparece desconocido y se vincula con lo sagrado.No solo la muerte se entretiene con lo sagrado,también la vida. Si alguien toma en sus manos y mira con atención la foto de la tapa de A Love Supreme podrá ver que Coltrane restablece la forma de mirarla.Es extraño que un hombre pueda percibir la muerte y al mismo tiempo preparar una obra maestra.En cierto modo,fue lo sagrado de la música lo que nos salvó de morir de depresión en la celda.Intentaré ser breve:


(El sistema de internet ha dejado de dar señal y el mundo ha quedado incomunicado.Uso el teléfono como grabador.Después de La Comuna lo que fue un supermercado chino se transformó en el único lugar de la zona que conserva de forma exclusiva servicio de internet.Cuando la memoria del teléfono se llena me acerco para subirla a la nube que por motivos aún desconocidos sigue vigente.El hombre que está a cargo luce una máscara azul y blanca que me impide saber si es o no el dueño del supermercado)


…grabadora…play…


Una tarde calurosa del mes de marzo de 2021,José Pablo,me invitó a una reunión de trabajo.Insistió con la reserva y con la imposibilidad de llevar invitados.Me dijo que la dirección del lugar del encuentro me la pasaría media hora antes por un mensaje de texto.Yo no estaba acostumbrada a mentirle a Rafael,pero esa vez no me había quedado opción.

José Pablo siempre fue un tipo bastante agradable.Mi primer día de trabajo me recibió y me presentó al resto del equipo.Uno de mis mayores deseos era trabajar en una disquería.El proceso de selección fue largo y riguroso.Gracias a mis conocimientos sobre música contemporánea pude quedarme en el sector los días feriados. El resto de la semana paseábamos por el local con José Pablo hablando y escuchando discos magistrales de la historia de la música.Fue en esos paseos que me contó sobre la revuelta.Al principio no le creí pero al asistir a la primer reunión comencé a darme cuenta de que el plan iba en serio.Durante esos meses se gestó lo que después se conoció como La Comuna.El proceso fue largo.Nadie en el país se esperaba semejante asalto a la vida cotidiana.Lo bueno es que gran parte de la población se entusiasmó con la revuelta y fue muy difícil para el ejército nacional repeler el ataque.Como suele ocurrir en esos casos,un buen número de soldados y oficiales se sumaron al ejército rebelde,pero ninguno ocupó cargos durante La Comuna. 

Lo más curioso de esta experiencia fueron las condiciones de posibilidad generadas para extender el terreno de la imaginación.Uno de los lemas de La Comuna era “imaginando la revolución”.

Lo último que voy a decir sobre esto es que hemos vencido aunque el ejército nacional haya acabado con los líderes,los efectos en la imaginación de los ciudadanos son inconmensurables.Hemos imaginado otros mundos y una vez que esos mundos comienzan a realizarse,el porvenir es maravilloso.


Retomo.Decía que la muerte es quizás una de las pocas cosas que no pudimos explicar con la lógica aristotélica.Es un suceso inabarcable.El proceso en el que fuimos criados nos ha quitado la posibilidad de ejercer lo sagrado gracias a su institucionalización religiosa.Por ejemplo, a mi, a Amparo,le parece que la tapa de A Love Supreme es un hombre que está mirando a dios.Sus ojos visualizan otra cosa.

No quiero olvidarme de la percepción ni de la interpretación,pero Psalm comienza a calmar al resto del disco.Se va llendo vaya a saber a dónde,pero se va. Y desde acá puedo empezar a escribir que la pérdida de la percepción sobre lo sagrado es una de las peores tragedias. Por esos motivos fue que nos acercamos al grupo primigenio de La Comuna. Ellos nos conquistaron con ir hacia la recuperación de la belleza,retornar a lo bello.Fuimos hipócritas al pensar que podíamos diversificar los patrones de belleza y las consecuencias fueron grandes. La búsqueda de la belleza fue para nosotros el norte a seguir y así nos convertimos en una especie de guerrilla que apelaba a la tradición de lo bello: a la buena música,al buen cine,a la buena literatura,en definitiva,a un arte que nos acerque a la verdad. Y esa verdad que tanto se ha discutido durante los días de La Comuna,aún no pudo restablecerse.Lo caótico de todo fue la proliferación de verdades.Todas las verdades eran válidas.Imposible llegar a acuerdos mínimos ni pensar en responder una pregunta que circula intermitentemente aquí: ¿qué es el arte?

Yo respondería que el arte se puede percibir en A Love Supreme de John Coltrane. ¿Por qué? Porque en los 32´26´´ que dura el disco, Coltrane invita a caminar hacia lo supremo.Emprende con gran virtuosismo una experiencia espiritual que no se halla en cualquier disco. Casualmente o no, Coltrane fallece dos años después de su salida.Hay algo,debe haber algo previo a la muerte.Por eso,quizás,Coltrane grabó en un estado de genialidad supremo. ¿Se alcanza la sabiduría cuanto más cerca de la muerte se está?

No es un disco fácil, ¿Y por qué debía de serlo? A diferencia de otros trabajos, Coltrane no improvisa, intenta explicar que el caos de la vida puede calmarse parcialmente,con intermitencias aunque se imponga la exigencia de controlarlo.Será por eso que las respuestas del disco se encuentren en el Génesis. A Love Supreme es una composición profunda. Uno de los mejores que he escuchado hasta estos días.Sigo haciéndolo con frecuencia a pesar de los recurrentes cortes de luz y los problemas que generan el agua estancada. Las razzias policiales complican la posexistencia;eso no ha cambiado aunque Juan,el oficial que nos vigila de cerca,nos trae libros y discos.  

Rafael sigue durmiendo,supongo que él piensa lo mismo que yo.Voy a pedirle que la próxima grabación conversemos los dos sobre lo bello,la percepción y la interpretación.Hay pistas en Once upon a time in America de Sergio Leone. ¿Quién puede negar que el arte en estado puro está condensado en muchas escenas? Podría enumerarlas, pero qué envidia a quienes la vean por primera vez.

Esta noche decidimos dormir en una casa del barrio de Palermo,de lo que quedó del viejo barrio porteño después de La Comuna.Elegimos una casa que contemplabamos los días previos.

Aún no llegó el fin,pero se percibe.


miércoles, 20 de marzo de 2024

 

Hace muy poco una amiga sugirió al comentarista que en estos duros tiempos que corren hay que refugiarse después de tanta lucha.A veces, ese arremeter parece sustraer la energía vital que nos queda. Pero con lo poco que le queda,logró escuchar la siguiente conversación:

    Cuando terminé de ver Perfect Days, la última película de Wim Wenders, supe al instante que no recibiría ningún premio en la ceremonia de los Oscar 's. Amparo corrió al baño y sin querer me ofreció un largo tiempo para pensar las justificaciones de mis conjeturas.La época convierte cualquier comentario en algo verdadero, es decir, le da condición de verdad a falacias tales como la que asegura que la tierra es plana.


    Desde el lugar donde estaba parado podía escuchar la voz de Amparo explicando por qué la banda sonora de Perfect Days era un homenaje a la buena música. Amparo tenía razón,como casi siempre,pero yo seguía hundido en mis pensamientos. Al principio establecí rápidamente que la película era una oda a la quietud, a la simpleza y por poco me meto en las ideas minimalistas.Salí rápido porque Amparo me empujó para que saliera de mi cabeza.


     Caminamos hasta Callao y volvimos unas doce veces.Es el único modo en el que Amparo logra sentir hambre.Atontados por el clásico murmullo porteño nos metimos en una pizzería cuyas mesas flotantes estaban ocupadas. Antes de La Comuna siempre me pareció que Buenos Aires es una rara ciudad donde sus habitantes son capaces de comer gustosamente sentados frente a rebalsados tachos con basura.


  Es necesaria la intervención del comentarista.El puerto de Buenos Aires,tan codiciado por las potencias extranjeras y tan entregado por las élites,ha decidido extenderse luego de los días de La Comuna.Se dice que fueron los intensos bombardeos del ejército nacional los que provocaron el derrumbe de las paredes que contenian el agua.Otras versiones aseguran que fue producto de las altas temperaturas de la tierra provocadas por las actividades humanas basadas en la producción de energías a base de restos fósiles.Lo cierto es que del viejo centro porteño solo han quedado cuatro manzanas,el resto es agua. Aunque los milicianos de La Comuna hayan sido derrotados,queda en el aire un cierto tufillo revolucionario. Pero eso excede los límites del comentarista.Regresemos:


Al perder de vista a Amparo mis pensamientos volvieron a crecer sobre los fundamentos de mis conjeturas.Lo primero que apareció en mi cabeza fue que La Academia no entregaría una estatuilla a una película que celebra la austeridad porque premiar ese mensaje tan directo podría provocar más rebeliones como las que ocurren en estos días en Buenos Aires. 

El silbido inconfundible de Amparo hizo que levantara mis ojos y la ubicara debajo de la escalera,en la única mesa que quedaba vacía.Mientras el mozo nos contaba sobre el ataque del ejército sobre los milicianos,Amparo le robaba la propina del bolsillo sonriendo a una pareja de hermanitos que no dejaban de mirarla.Sin temor a ser descubierta,separó un poco para pagar la cuenta y el resto se lo dejó al mozo de propina.


Fuimos y volvimos otra decena de veces desde Callao hasta 9 de julio porque es la única manera de que no me caiga mal la comida. Amparo se paró y entró en la disquería que estaba enfrente nuestro y salió con una bolsa llena de discos.Sacó las contratapas y luego de un tiempo de silencio escribió en una hoja una dirección.Dejó sobre el suelo la bolsa y encendió un cigarrillo y los ruidos de las balas anunciaban otra noche sangrienta.Mientras escurría mis medias meditaba en el colectivo sobre la injusticia de ganar un premio prestigioso siempre y cuando el producto final,en este caso una película,tenga que tener un mensaje sobre lo bueno o lo malo que somos como humanidad.Cuando le pregunté a Amparo sobre los límites de la imaginación en el arte,con los ojos cerrados y con su cabeza apoyada sobre la ventanilla,me respondió que la esquizofrenia es un buen sitio para vivir sin limites.